Infectología oral
Las lesiones bucales relacionadas con el VIH han sido utilizadas
como criterios clínicos para el diagnóstico de la infección
por este virus así como su progresión a desarrollar el síndrome
de inmunodeficiencia adquirida (sida). Dentro de
estas lesiones bucales la candidiasis es considerada como la
más fuertemente asociada, pues esta es condicionada fundamentalmente
por el déficit de linfocitos T-CD4 y la alta carga
viral. Es por esto por lo que, posteriormente a la introducción
de la terapia antirretroviral altamente activa (TARAA),
una serie de estudios han evaluado el impacto del tratamiento
mediante la frecuencia de dicha enfermedad.
Sin embargo, hasta la fecha los estudios publicados a largo plazo sobre el valor predictivo de la candidiasis bucal (CB) en pacientes tratados con TARAA tiene como principal inconveniente la propia definición de sida, cuyo carácter estático etiqueta definitivamente a un paciente que haya padecido alguna enfermedad definitoria y haya presentado niveles de linfocitos CD4 por debajo de 200 células/l, independientemente de su estado actual, a partir de la respuesta clínica e inmunológica al tratamiento antirretroviral.
Así mismo la CB, con una tendencia clínica rebelde al tratamiento con azoles a pesar de mantener una terapia intensiva con la combinación de antimicóticos y antirretrovirales en los estados de inmunosupresión, dificulta la real asociación con el estado inmune del paciente.
No obstante, debido a que las lesiones bucales son marcadores bien establecidos de progresión en la enfermedad de VIH, algunos autores las consideran de gran utilidad en entornos de recursos limitados, donde las pruebas de laboratorio no están ampliamente disponibles o son demasiado costosas para llevarlas a cabo. Es así que la CB podría utilizarse como un marcador clínico altamente efectivo en la presunción de falla de la terapia antirretroviral.
La candidiasis oral resulta muy fácil de detectar por cualquier dentista, pues cuenta con lesiones características que denotan su presencia. Los síntomas de esta condición son:
Sin embargo, hasta la fecha los estudios publicados a largo plazo sobre el valor predictivo de la candidiasis bucal (CB) en pacientes tratados con TARAA tiene como principal inconveniente la propia definición de sida, cuyo carácter estático etiqueta definitivamente a un paciente que haya padecido alguna enfermedad definitoria y haya presentado niveles de linfocitos CD4 por debajo de 200 células/l, independientemente de su estado actual, a partir de la respuesta clínica e inmunológica al tratamiento antirretroviral.
Así mismo la CB, con una tendencia clínica rebelde al tratamiento con azoles a pesar de mantener una terapia intensiva con la combinación de antimicóticos y antirretrovirales en los estados de inmunosupresión, dificulta la real asociación con el estado inmune del paciente.
No obstante, debido a que las lesiones bucales son marcadores bien establecidos de progresión en la enfermedad de VIH, algunos autores las consideran de gran utilidad en entornos de recursos limitados, donde las pruebas de laboratorio no están ampliamente disponibles o son demasiado costosas para llevarlas a cabo. Es así que la CB podría utilizarse como un marcador clínico altamente efectivo en la presunción de falla de la terapia antirretroviral.
La candidiasis oral resulta muy fácil de detectar por cualquier dentista, pues cuenta con lesiones características que denotan su presencia. Los síntomas de esta condición son:
- Lesiones blanquecinas en la boca y la lengua que cuentan con una apariencia aterciopelada.
- Presencia de sangre cuando manipulas o raspas las lesiones y también durante el cepillado.
- Dolor y molestias al tragar.
- Sensación de sequedad bucal.
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